Tratamientos de lesiones vasculares con láser de neodinio

Reducir las arrugas del código de barras es posible en solo 15 minutos por sesión

En Clínica de San Pío, disponemos de un láser de Fotona, que tiene dos láseres distintos: un Er:YAG y un Nd:YAG de pulso largo, que es específico para tratar lesiones vasculares:

• Hemangiomas
• Manchas de vino de Oporto
• Puntos de rubí
• Arañas vasculares
• Telangiectasias
• Lagos venosos
• Angiomas
• Rosácea
• Cuperosis

Los láseres Nd:YAG de pulso largo ofrecen la solución perfecta para el tratamiento de las lesiones vasculares ya que penetran hasta una profundidad de 5-6 mm en la piel, lo que permite realizar tratamientos sumamente eficaces.

El cromóforo objetivo para las lesiones vasculares es la oxihemoglobina; por lo que el daño térmico se limita a los vasos sanguíneos cutáneos. La vena absorbe la energía del láser y la convierte en calor, lo que destruye las paredes venosas. Este proceso es perfectamente seguro, ya que otras venas sanas suministran sangre a la zona tratada y el sistema inmunológico del cuerpo elimina el tejido muerto como si se tratara de un hematoma.

Esta técnica corrige la lesión vascular y no afecta a tejidos y estructuras cercanos, por lo cual es recomendada incluso en niños.

Están equipados con la tecnología VSP (pulso cuadrado variable), que permite que la energía láser penetre profundamente en la piel para crear efectos térmicos sin dañar la superficie cutánea. En comparación con los sistemas convencionales Nd:YAG, los pulsos patentados VSP de Fotona permiten aumentar la temperatura de forma prácticamente instantánea, limitándose únicamente a las estructuras objetivo. No se deposita energía innecesaria en la piel.

Los puntos de rubí o angiomas seniles son dilataciones de las venas que suelen presentar relieve. Visualmente son como pequeños lunares rojos superficiales y pueden crecer con el paso del tiempo.

Es la lesión vascular más fácil de tratar, normalmente necesita un único disparo láser sobre el punto de dilatación produciendo una quemadura. A las pocas horas se formará una pequeña costra que caerá con el paso de los días, sin dejar cicatriz.

Las telangiectasias o arañas vasculares son dilataciones de pequeños vasos sanguíneos superficiales de la piel. Suelen ser más frecuentes en mujeres, y tienen un aspecto rojizo o violáceo, dependiendo de si la dilatación procede de una arteria o una vena.

Para el tratamiento aplicamos un chorro de aire muy frío para proteger la piel y evitar una quemadura. La energía del láser busca la oxihemoglobina dentro de los vasos captando mucho calor y coagulando de manera selectiva los capilares dilatados.

Acumulación de capilares inmaduros en las capas más superficiales de la piel, y generalmente aparecen antes o poco después del nacimiento.

  • • Angiomas en fresa: son marcas rojas y en relieve, similares a la piel de fresa. Principalmente en cara y cuello
  • • Lago venoso: pequeño tamaño 3-5mm, indoloro y de color azul-grisáceo. Aparecen en zonas expuestas al sol como por ejemplo el labio inferior, la cara o las orejas.
  • • Mancha de vino de oporto: ‘antojos’ de superficie lisa y color roja azulado, se localiza en cara y cuello.
  • • Angiomas seniles o puntos Rubí: capilar dilatado con apariencia de pequeños lunares rojos.

Depende del tipo y del tamaño de la lesión vascular.

  • • Para pequeñas lesiones superficiales como puntos de rubí suele bastar con una sesión.
  • • Telangiectasias suelen desaparecer en un 80%, por lo que un retoque a las 3-4 semanas suele ser necesario. Hay casos que necesitan una sesión anual de mantenimiento.
  • • Lago venoso se intenta tratar en una sola sesión, sino desaparecen repetiremos el tratamiento en 3 semanas.

El exceso de energía (calor) da lugar a quemaduras y cicatrices, por más que protejamos la piel con un chorro de aire frío. En las lesiones vasculares es mejor quedarse corto que pasarse, por ello los casos complicados los planeamos con más sesiones, evaluando las dosis conforme se reaccione al tratamiento, pero dejando un margen de seguridad para evitar en lo posible complicaciones.

La cuperosis es una afección dermatológica en la que la dilatación de los capilares ya es más o menos permanente por lo que el enrojecimiento y las telangiectasias son prácticamente continuos.

La rosácea es enfermedad crónica inflamatoria en la zona central del rostro que afecta a personas de pieles claras, con más frecuencia a mujeres, siendo los síntomas:

  • • Enrojecimiento facial, en un principio ocasional pero que va haciéndose cada vez más habitual.
  • • Telangiectasias: pequeños vasos sanguíneos o capilares que se dilatan y se hacen visibles a través de la piel
  • • Granitos o lesiones similares a las del acné
  • • Alta reactividad y sensibilidad de la piel
  • • Ardor, picor y edema

En los casos de mayor gravedad puede producirse un agrandamiento de las glándulas sebáceas, sobre todo en la nariz, dándole un aspecto abultado

No existen actualmente tratamientos que curen la rosácea. El tratamiento esta encaminado a evitar los brotes. Con láser de Nd: YAG sólo podemos actuar tratando las telangiectasias y las pequeñas arañas vasculares; para rojeces difusas el tratamiento con luz pulsada también es efectiva. Desgraciadamente no eliminan el problema por completo y hay un alto índice de recidiva.

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